miércoles, 13 de septiembre de 2023

Aztlán, Chicomoztoc y Quetzalcóatl en Zacatecas.

 

Aztlán, Chicomoztoc y Quetzalcóatl en Zacatecas.

Por Bernardo del Hoyo Calzada.

 

      Aztlán ha sido buscado por más de 500 años y no se había encontrado, y como muchos historiadores y arqueólogos no lo habían encontrado físicamente, han dicho que es un mito y así se ha manejado.

     Otros incluso han dicho que los aztecas salieron de México - Tenochtitlán y que después de más de doscientos años regresaron a su lugar de origen y se han hecho infinidad de especulaciones sobre Aztlán y se que algunos historiadores y arqueólogos serios dice que si es posible encontrar Aztlán. 

    Para los impacientes e incrédulos que no han visto o estudiado todos los códices que hablan de Aztlán, les digo que no es un mito y que analizando algunos códices dicen que salieron de Aztlán, que es una isla en medio de una laguna, y menciono en esta conferencia los códices que presento donde se mencione Aztlán, son:

    Códice Boturini, Códice Azcatitlán, Códice Aubin, Códice Mexicanus, Códice Sigüenza, Códice Vaticano y otros. Por lo tanto, no es un mito, creo que los aztecas Mexicas no acostumbraban a hacer mitos y lo que plasmaron en sus libros o códices son meras realidades, por lo tanto, existe Aztlán.

    La primera hipótesis de Aztlán la ubicaron en una pequeña isla del estado de Nayarit, llamada Mexcaltitán, incluso se publicó en la National Geographic y así todas las personas pensaron que Aztlán estaba en el estado de Nayarit, pero, como muchos historiadores no se convencieron de este lugar por falta de mas elementos, encontraron una estela con una garza y dijeron que esa era prueba de que era Aztlán y la colocaron en el escudo de armas del estado de Nayarit.

     En una reunión de historiadores, Antropólogos y arqueólogos decidieron y descartaron que la isla de Maxcaltitán fuera Aztlán. Y esto basado en excavaciones en las que no encontraron vestigio alguno de asentamiento prehispánico.    

    Son muchos lugares donde se ha dicho que es Aztlán, incluso hasta Arizona en los Estados Unidos, en la que dicen que había una gran laguna, pero nada de una isla.

    En el Estado de Guanajuato el 24 de enero de 1959 en un periódico se publica un artículo que dice: “Hallazgo que modifica la Historia. Ultimas investigaciones del Dr. Paul Kirchcchoff y el historiador Antonio Pompa y Pompa, sitúan el Chicomoztoc en el bajío, una verdadera revolución científica”.

    Y hace algunos años que el arqueólogo Julio Jorge Celis Polanco ha investigado el cerro que llaman de Culhuacán y ha dicho y publicado que en este cerro que está entre el Jaral y Cortázar y Salvatierra, Gto., es Aztlán, Chicomoztoc y Culhuacán.

     Y además publicó un video titulado:

“Aztlán y la Montaña del Origen”, por Julio Jorge Celis Polanco, video publicado e l 26 de agosto de 2021.

    Dice que la isla de Vargas en la laguna de Yuriria, Gto., es Aztlán, pero además nos dice:

“Es isla blanca, ¿Porque es blanca?, porque tiene la deposición de excremento de garza de cientos de años, este es un santuario de garzas, etc.”

    Entonces el arqueólogo Celis Polanco está mal, y además no leyó el códice Durán, porque este códice nos dice de Aztlán lo siguiente:


“Aztlán quiere decir; blancura, o lugar de garzas, y así les llamarían a estas naciones azteca, que quiere decir “la gente de la blancura”. Llamándoles por otro nombre “mecitin” que quiere decir mexicanos, a causa de aquel sacerdote y señor que los guiaba, se llamaba “meci”, de donde toda la congregación tomó la denominación”.

    En pocas palabras entiendo por lo que dice Celis Polanco que los aztecas vivían del excremento de las garzas, cuando debería de decir de la blancura, que es la sal.  

   Su Aztlán no tiene la blancura que menciona el códice Durán, y garzas en todos lados hay, son aves migratorias que se ven frecuentes en el altiplano mexicano.

   Leí a un cierto investigador Eduard Seler, que dice que se debería de situar a Aztlán en una laguna salada, de ahí la blancura de la sal.

La cita es como sigue:       

“Por  lo  tanto,  no  es  difícil  situar  a  Aztlán  en  una  vaga  lejanía,  o  pensarlo como  una  hipóstasis  mítica  del  posterior  lugar  de  asentamiento  de  los aztecas  en  medio  de  la  laguna  de  agua  salada,  ya  que  los  pueblos  sin historia  no  pueden  representarse  la  vida  de  sus  antepasados  de  modo distinto  a  como  ellos,  sus  descendientes,  acostumbraban  vivirla;  en  todo caso,  esta  forma  de  representación  habría  sido  la  que  sus  descendientes se  acostumbraron  a  manejar.  (Seler, 1985:  326)”. Publicado por Federico Navarrete, en su artículo: Las fuentes indígenas más allá de la dicotomía entre historia y mito.

 

     El arqueólogo Eduardo Matos Moctezuma ha dicho que, si es posible encontrar Aztlán, y basado en lo anterior descubrí hace como cinco años por casualidad la isla de Aztlán en medio de una laguna salada, en la laguna llamada de La Salada, Fresnillo, Zac.

 

Aztlán – La Salada, Fresnillo, Zac.

 

    Unas investigaciones realizadas con mi amigo el Ing. Industrial Abraham Hernández Ríos, de la comunidad de La Salada, Fresnillo, Zac., sobre los cráteres de impacto meteórico, en la que encontró más de doscientos pequeños cráteres de entre 100 y 200 metros de diámetro, en un área que comprende los municipios de Fresnillo y de Cañitas de Felipe Pescador, y cuyo centro fue un gran bólido que origino un cráter de 4,896 metros, y que investigación del Ing. Abraham Hernández me dice que tenia de profundidad 480 metros. Ahora con la erosión y el paso de los años ha sido ensolvada o aterrada, y ya casi sin agua, pues los nuevos pozos que se han hecho para el cultivo de las tierras han bajado el nivel del agua e incluso en algunos años no hay, también por la sequía, pero en tiempos pasados debió de ser una laguna grande y con una isla en medio justo en el centro del cráter.

    Al andar investigando si era o no cráter de impacto meteórico dimos con que el meteorito grande que originó el cráter, y formó una isla, y así pudimos ver en Google Earth con la regla topográfica que efectivamente era una isla, y como me dijo el Ing. Abraham que de niño llegó a ver cimientos alineados, y con un video que nos hicieron Pedro Pablo Rodríguez y Oscar Talamantes para un programa de Expediente X, de B 15, el 27 de octubre de 2016, pudimos ver con las imágenes de un dron que realizó Pedro Pablo efectivamente se veía la isla y además un rectángulo de unos 20 metros en la que no crecía la yerba.

    Después con otros videos que nos hizo con dron y que me los dio, pude ver con calma que en el área antes dicha se notaban cimientos de un teocali prehispánico, y así pude constatar que me encontraba ante el verdadero Aztlán de los aztecas, pruebas irrefutables para los investigadores.

    Además, mi amigo Víctor Hugo Ramírez Lozano vio en Google Earth que había cimientos de otro teocali en uno de los extremos de la isla, en la zona lacustre, y lo sorprendente es que el mismo Víctor Hugo me dijo que la pirámide estaba alineada al igual que muchas pirámides de Mesoamérica como Teotihuacan (15´28´´ N.) en la misma dirección, aparte debo decir que Aztlán está en la línea del trópico de Cáncer, que ellos celebraban el fuego nuevo cada 52 años, materia de investigación para los arqueoastrónomos.

    También el Ing. Abraham me dijo que había al menos dos tumbas de tiro en la comunidad de La Salada, y contando además con el Cerrito del Rey, que con el dron de Pedro Pablo pude ver también cimientos de construcciones en este tercer barrio azteca. El cuarto barrio que menciona el códice Aubin, debió de estar donde se encontró al indio con una punta de flecha incrustada en el cráneo y un collar de jade blanco, justo en el lugar donde se están haciendo adobes blancos.

  Entonces sacaba como conclusión que Aztlán de La Salada, Fresnillo, Zac., tenia una isla, y un teocali, tenia los cuatro barrios que dicen los códices, tenia la blancura, que también se menciona en los códices, incluso alguno de ellos menciona que todo era blanco como las garzas, la blancura de la sal, y la blancura del jade blanco, pruebas por demás irrefutables para decir sin temor a equivocarme que es Aztlán.

   

Chicomoztoc, Linares, Fresnillo, Zac.

 

      Una vez que supe que efectivamente La Salada era la isla de Aztlán y sabiendo que no se trataba de un mito sino una verdadera realidad, decidí buscar Chicomoztoc. El arqueólogo Peter Jiménez en una conferencia en la zona arqueológica de La Quemada nos dijo que este lugar no era el Chicomoztoc, inclusive nos mostró el códice Tolteca – Chichimeca y nos dijo que Chicomoztoc era el lugar donde había siete cuevas.

    La zona arqueológica de la Quemada se ha dicho desde el siglo XIX que es Chicomoztoc, ya desde los tiempos en que el Historiador Agustín Rivera publicara un folleto “Viaje a las Ruinas de Chicomoztoc”, en 1874, nos dice que en la hacienda de la Quemada le dijeron que en la zona arqueológica había siete cuevas, pero ya no se ven porque están ocultas. Sin embargo, nunca se ha probado que existan esas siete cuevas, y muchas personas siguen diciendo que ese lugar es Chicomoztoc.

    El códice Durán es muy claro y dice que Chicomoztoc quiere decir siete cuevas, y no más, además nos dice que no precisamente cada tribu habitaba cada cueva, simplemente era un lugar conocido por los naturales como Chicomoztoc.

    No era fácil dar con este sitio. Resulta que una persona que estaban haciendo el museo Zic Zac., en Zacatecas me pidieron pinturas rupestres para poner algunas fotografías para una sala sobre la historia de Zacatecas, y decidí ir a retratar las pinturas rupestres de Linares, Fresnillo, Zac., ya que en uno de los Foros para la Historia de Fresnillo, allá por el año de 1992 se dijo o supe de la existencia de pinturas rupestres en Linares, y llegando a la comunidad de Presa de Linares entré a la cañada y subí a la primera cueva que tenía a la vista, y no encontré pintura alguna, pero decidí ir a la comunidad de Presa de Linares a preguntar por las pinturas y me dijo un señor que las pinturas estaban mas al fondo de la cañada, y que eran varias, entonces le pedí que me llevara a las pinturas rupestres para no errarle, por eso supe que eran varias cuevas, pero no las conté, sin embargo en una noche de insomnio que tuve por una caída y que me golpe la cabeza, no pude dormir y piense y piense donde esta ese famoso lugar con siete cuevas, y se me ocurrió que podrían estar en las pinturas conocidas como de Linares.

    Cierto día le pedí a mi amigo el cronista de Luis Moya, Zac., Francisco Javier Arellano López que me llevara a ese lugar porque en ese tiempo no tenia auto, y me llevó al sitio y pudimos constatar que tenía siete cuevas. Era el verdadero Chicomoztoc.

  Después di con mi amigo el Ing. Juan Gerardo Solís que conocía perfectamente el lugar y me indicó cuales eran las siete cuevas e iniciamos las exploraciones cueva por cueva, y supimos que seis de las siete cuevas tienen pinturas rupestres.

    El presentó su conferencia sobre esas siete cuevas.

    En una de las exploraciones que realicé con mi amigo el fotógrafo profesional de Jerez, Reyes García Esquivel, se percató que había un chaman con vestimenta de águila, en la cueva con mayor número de pinturas rupestres, debo decir que casi todas las cuevas esta grafitadas. Y así lo dimos a cono conocer como un chaman, pero viendo bien es un águila, puedo decir que además tiene una serpiente, La Serpiente Emplumada, que juntos hacen nuestro escudo nacional, pero esta es otra historia.  

    Para comprobar que estas siete cuevas son el verdadero Chicomoztoc, busqué de acuerdo con el códice que llaman Tolteca - Chichimeca el famoso monte encorvado o cerro de la torcedura que los aztecas llamaron Culhuacán, y efectivamente lo encontré al final de las siete cuevas de acuerdo con el códice, y así pude comprobar que Chicomoztoc y Culhuacán están en la cañada de Linares, a diez minutos en auto de

Fresnillo, Zac.

 

Culhuacán, Cañada de Linares, Fresnillo, Zac.

 

   También para probar una vez más que tenía ya Aztlán y ahora Chicomoztoc, el siguiente paso era encontrar el monte sagrado de Culhuacán.

   Para eso consulté los códices: Boturini, Tovar, Vaticano, Sigüenza, códice Anales de Cuauhtinchán, que también lo manejan como códice Tolteca - Chichimeca, códice Mexicanus, códice Aubin, códice Durán y códice Azcatitlán. En todos ellos se ve claramente que Culhuacán tiene una cueva en medio del monte y en la parte superior una curvatura o torcedura, de ahí el nombre de Culhuacán, y de todos los Culiacanes o culhuacanes que hay en la República Mexicana, ninguno presenta una cueva en medio y menos la curvatura requerida para que sea el verdadero Culhuacán. 

    El citado arqueólogo Julio Jorge Celis Polanco ha dicho y ha publicado bastante que Chicomoztoc, Culhuacán y Aztlán están en el bajío de Guanajuato en el cerro de desde hace tiempo se llama Culhuacán, pero, su Culhuacán de Guanajuato no presenta la curvatura requerida, y dice que su cerro tiene una joroba, además en su cerro, el mismo dice que tiene como quinientas cuevas, pero que son siete las mas importantes.

   Entonces él no tiene la curvatura del Culhuacán que tiene la cañada de Linares, y ni tampoco las siete cuevas que tiene la cañada de Linares, y ni tampoco tiene a Aztlán, menos tiene en su monte de Culhuacán una cueva en medio como lo tiene el verdadero Culhuacán de la cañada de Lineres Fresnillo, Zac.

   La curvatura geológicamente se debe a un deslizamiento de capas sedimentarias y presenta varios picos u órganos con la curvatura requerida para probar que efectivamente es el verdadero Culhuacán. 

 

Quetzalcóatl en Tetillas, o el monte Sagrado de Coatepec, Río Grande, Zac.

 

   Por último, les diere que de acuerdo con la Tira de la Peregrinación Azteca – Mexica, localice desde hace más de cuatro años los montes de Coatepec y de donde Llora el Huasteco, en los dos conos volcánicos que llaman Las Tetillas, en la comunidad y lo que fuera la hacienda de Tetillas, Río Grande, Zac.

    En el año de 2014 el arqueólogo Fernando López Aguilar publicó que había encontrado el monte sagrado de Coatepec en el Estado de Hidalgo, basado en que en la cima del cerro hay dos pirámides que las relacionó con el templo mayor de Tenochtitlán en la ciudad de México, además presenta una peña a la que refiere que es la piedra de la luna o de la Coyolxauhqui, pero no muestra ninguna serpiente como dicen los códices, ni tampoco presente los dos cerros que también mencionan los códices antes dichos.

   Por lo tanto, los dos cerros de las Tetillas corresponden perfectamente a los códices en que uno es el monte sagrado de Coatepec, que quiere decir el Cerro de la Serpiente, y por otro nombre Coatlicamac que quiere decir en la Boca de la Serpiente.

 

    Los códices estudiados son: Códice Boturini, códice Tovar, códice Durán, códice Azcatitlán, códice Telleriano Ramensis, códice Aubin, códice Historia Mexicana 1194 – 1221, y otros.

   Quiso la naturaleza que, en el municipio de Río Grande, Zac., se presentaran dos conos volcánicos y en uno de ellos apareciera en su bufa o escurrimiento volcánico y se formaran columnas basálticas y dieran forma a una serpiente con la boca abierta, quiso la madre naturaleza que como por arte de magia en la boca de la serpiente apareciera desde la formación del cono volcánico una figura humana precisamente en la boca de la serpiente. Quiso la naturaleza que en sus cercanías se creara un ojo de agua que los aztecas la utilizaron para hacer una presa o represa con tierra, y sobre estas ruinas de la presa se erigiera otra cortina en tiempos virreinales y también fue destruida, que podemos ver sus restos de la antigua cortina de piedra. Por lo que cerca de este lugar los aztecas en su paso llegarían a Tollan (lugar de tules), donde vivieron varios años.

   En varios códices aparece el dios serpiente con la boca abierta y en su boca emerge una figura humana. Lo mismo en estelas, monumentos, edificaciones o teocalis aparecen en toda la geografía mesoamericana el dios serpiente que se encuentra desde tiempos inmemoriales.

   Queda claro que este lugar mágico se originara el Dios Serpiente que se conoce como la Serpiente Emplumada, y hace milenios que la vieron los naturales, quizá en su paso hacia el Estado de Arizona, a sustraer la turquesa, junto con la turquesa que se encuentra en el mineral de Chalchihuites, Zac., y en Santa Rosa, Mazapil, Zac.

    Hacia el año de 1,120 de nuestra era en su paso por el monte sagrado de Coatepec Tetillas, Río Grande, Zac., los mexicas le dieran por nombre Quetzalcóatl, y muchos años antes este dios serpiente pasó su culto a los olmecas y luego a la región del Usumacinta, y a Chichen Itzá, con el nombre de Kukulcán.

  El culto a la serpiente o dios serpiente lo podemos ver en pinturas rupestres en la cueva de la serpiente en Baja California, en Arizona con los indios Hopi, en el montículo de la Serpiente, en Paquimé, Chih., en la zona arqueológica de Alta Vista, Chalchihuites, Zac., (en vasijas donde está un águila devorando una serpiente), en la zona arqueológica de la Quemada, Villanueva, Zac., con una piedra con siete serpientes. En Chicomoztoc Linares, Fresnillo, Zac., donde vemos un águila y una serpiente en pinturas rupestres, y es quizá la manifestación más antigua del escudo nacional.

  Y hacia el sur de Coatepec se encuentra muchas manifestaciones de la Serpiente Emplumada o del dios Serpiente en; La Venta, Tabasco, en Chichen Itzá, en Xochicalco, en Copán, en Yaxchilán, en Palenque, en el templo Mayor de Tenochtitlán, en Teotihuacán, en Tula Hidalgo, en la piedra llamada el Calendario Azteca o piedra del sol, etc.

   Las dos tetillas de Río Grande Zacatecas, los aztecas le dieron por nombres: Cuatlicámac (en la boca de la serpiente), y por otro nombre Coatepec (lugar del cerro de la Serpiente), y la otra tetilla su nombre Cuechtécatl Ichocayán que quiere decir lugar donde llora el huasteco. 

   En varios códices de los mencionados se ven y se comprueban que las tetillas son los dos cerros que aparecen en los códices.

   Los cerros más notorios que aparecen en los códices y que son fáciles de ubicar geográficamente son; Culhuacán, Coatepec y Cuechtécatl Ichocayán y Chapultepec.

 

 

Contestación a lo publicado por el arqueólogo Carlos Alberto Torreblanca Padilla, en el periódico NTR, el 20 de noviembre de 2020.

 

Descartan paso de mexicas en R´pio Grande.

viernes, 20 de noviembre de 2020 a las 8:54am

ALEJANDRO CASTAÑEDA | NTRZACATECAS.COM

Carlos Torreblanca Padilla, investigador del Centro Instituto Nacional de Antropología Histórica (INAH) de Zacatecas, descartó que en el estado haya indicios del paso de la cultura mexica, después de que se afirmara que en Río Grande está el mítico cerro Coatepec.

Precisó que nunca se encontraron restos arqueológicos relacionados con los mexicas y afirmaciones empíricas como las realizadas por el ex cronista de Guadalupe, Bernardo del Hoyo Calzada, por lo que “más que contribuir, dañan los vestigios históricos”. (1.-)

“Desde hace tiempo nos habían solicitado unas inspecciones en estas regiones para verificar estas hipótesis, pero no tenemos ninguna evidencia concreta, sólo son una serie de conjeturas”. (2.-)

El ex cronista afirmó que los cerros de Tetillas, en Río Grande, es Coatepec, monte sagrado para los aztecas por ser el lugar donde nació Huitzilopochtli, pero la geografía zacatecana no coincide con el del mito. (3.-)

“La búsqueda de Aztlán ha sido muy anhelada para su localización, los mismos mexicas buscaron este lugar de origen, hay varias fuentes históricas que hablan sobre esto, pero se trata de conjeturas”. (4.-)

Expuso que hay varios lugares que se autodenominaron como Aztlán, tal es el caso de Ojuelos, en Jalisco, Guanajuato, la isla de Mexcatitlan en Nayarit e Hidalgo. (5.-)

“Es muy importante poder distinguir la narración mítica del acontecimiento de los eventos reales, es como salir a buscar el paraíso porque la biblia dice que de ahí salimos”. (6.-)

Enfatizó que en el caso del “Aztlán Zacatecano”, se busca un hecho real de una narración mítica. (7.-)

Detalló que el investigador del INAH, Fernando López Aguilar, trabajó en la región de Hidalgo, en el sitio de Pahñú, donde se ubica un posible Coatepec, donde habría más coherencia de que se trate de lo referido en los mapas antiguos. (8.-)

“Por su geografía es muy viable que embone con la geografía mexica, cosa que no tenemos en Zacatecas, es más viable que esté hacia el centro de México”. (9.-)

Expuso que los huachichiles y zacatecos, pueblos originarios de la región zacatecana en mención, no hablaban náhuatl, y “por querer pertenecer a la historia nacional se han desconocido. (10.-)

No hay una serpiente

Bernardo del Hoyo Calzada afirma que hay una serpiente que interpreta como el Coatepec “Cerro de las Serpientes”; sin embargo, Torreblanca Padilla afirmó que se trata de pareidolia. (11.-)

“Esto ocurre cuando vemos una figura y la asociamos con una imagen que ya conocemos, parecido a las figuras en las nubes, y lo que ven en el cerro ya se lo forzaron a creer a la gente”. (12.-)

Puntualizó que este tipo de afirmación busca reivindicar espacios para que se vean como parte de la historia nacional, bajo un mito mexica con cuestiones turísticas.

“En el discurso hay que tener un criterio más amplio, ser más cuidadosos para ver cómo están sustentando sus interpretaciones, porque no hay un tepalcate o algún material azteca encontrado en Zacatecas”. (13.-)

Aseguró que se está distorsionando la historia y se relega a los pueblos que realmente sí habitaron el estado, además, de que se está incitando a un saqueo. (14.-)

“Están subiendo a los lugares a recoger materiales y eso ya es saqueo, se están llevando material de un contexto que podría explicar los acontecimientos históricos y se descontextualiza”.

Destacó que no es necesario querer formar parte de la historia nacional con interpretaciones infundadas cuando hay una historia local que se necesita conocer primero.

Contestación a lo publicado por el arqueólogo Carlos Alberto Torreblanca Padilla, en el periódico NTR, el 20 de noviembre de 2020.

1-    Que acaso tu subiste al cerro de Tetillas y buscaste material lítico o cerámica en este cerro, o acaso buscaste restos de puntas de proyectil prehispánico en torno al monte sagrado de Coatepec, Tetillas, Rio Grande, Zac., porque quiero decirte que si los hay. Fuiste tu acaso a Tetillas a verificar si he dañado los vestigios arqueológicos, porque parece que no has ido, y te atreves a decirme que he dañado estos vestigios.  Y dices que afirmaciones empíricas, en que te basas para decir esto Torreblanca. Cuando he estudiado como historiador todo lo concerniente al cerro de Coatepec, y varios códices me dan la razón.

2-    No son conjeturas, son resultado de varios años de investigación de campo y de los códices, para eso he recurrido a fuentes primarias, que tu no las has visto.

3.- Claro que no coinciden con el mito, porque no es mito son lo que plasmaron los aztecas en sus códices en su travesía al Anáhuac, como son los códices: Tovar, Durán, Azcatitlán, Telleriano, Telleriano – Ramensis, Aubin y códice Boturini.

4.- Se ve que nos has investigado a fondo el supuesto mito, cuando se trata de una mera realidad. Los aztecas no trataban o hacían mitos, solo la verdad de lo que vieron y de donde vinieron al llegar al valle de México. Y no son conjeturas, simplemente cada mexica dio su versión a los españoles como a ellos les fue dada por sus antepasados.

5.- Si son varios lugares que se ha dicho que es Aztlán, pero ninguno presenta una isla en medio de una laguna con un teocali en medio, como lo encontré en La Salada, Fresnillo, Zac., para eso investiga bien.

6.- Yo no tengo la culpa de que creas más en mitos que en realidades o verdades. Por eso estas como estas.

7.- Estas equivocado, yo nunca supe de mitos, inclusive el arqueólogo Matos Moctezuma ha dicho que, si es posible encontrar Aztlán, y lo encontré.

8.- El arqueólogo Fernando López Aguilar encontró un supuesto Coatepec, por haber encontrado dos pirámides arriba de su cerro de Coatepec, que los relaciona con el templo mayor de la ciudad de México, pero no tiene una enorme serpiente como lo tiene el Coatepec de Tetillas, Río Grande, Zac., y además se basa en una peña redonda que dice que es la Coyolxauqui, él se ha puesto en contacto conmigo, y ha visto lo que he publicado de Coatepec, Tetillas, y no me ha dicho nada al respecto, menos me ha criticado como tú. 

9.- Se nota a leguas que no quieres que Coatepec esté en Zacatecas, ¿Qué interés tienes para que no sea el verdadero Coatepec?

10.- Como que conoces bien lo que hablaban los chichimecas y no has relacionado que Coatepec, Aztlán hablaban también el náhuatl   y que pertenecíamos a la cultura Teotihuacana.

11.- Torreblanca la envidia o tu celo profesional no te deja ver la enorme serpiente que tiene la tetilla grande. Solo dices puros disparates.

12.- No les he forzado a que vean la serpiente, esta imagen que se formó cuando se escurrió la lava formó en su acantilado una figura natural en forma de serpiente, no son figuraciones mías, algún día veras con tus propios ojos la enorme serpiente o el dios serpiente para toda América del norte y Mesoamérica. Hasta que se te quite la envidia lo veras, que espero sea pronto. 

13.- Torreblanca se ve que tú no has investigado bien la arqueología zacatecana, y sin embargo te digo que, en San Juan de la Casimira, Fresnillo, Zac., mi amigo Homero Puente ha encontrado piedras de jade verde tallas o pulidas con figuras aztecas, que no las hallas visto es otra cosa. 

14.- Vergüenza te debería de dar al decirme eso cuando van cuatro ocasiones que he denunciado el sitio ante el INAH, y tengo los denuncios firmados y fechados, solo me has hecho gastar más dinero del que no tengo para seguir investigando, cuando tu eres el que deberías de investigar bien antes de publicar esta crítica, solo han dado carpetazo a mi asunto, sin investigar a fondo.

Se que un buen arqueólogo cuando no puede con el paquete, pues se lo turna a un experto., y tu no la has hecho.

 

 

 CARLOS ALBERTO TORREBLANCA PADILLA •

La Gualdra 585 / Arqueología / Historia

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La presencia azteca por tierras zacatecanas

Por Carlos Alberto Torreblanca Padilla*

 

Actualmente se ha planteado la presencia azteca en tierras zacatecanas; sin embargo, es importante comentar que esta idea no es nueva. En 1615, Fray Juan de Torquemada fue el primero en exponer este tópico y consideró a las ruinas de La Quemada como testimonio de la peregrinación azteca. Esta propuesta fue retomada en 1653 por el padre Antonio Tello, quien agregó que los aztecas pasaron por Sain Alto, Fresnillo, Trujillo, Valparaíso, Zacatecas, Malpaso, Jerez y Tuitlán (La Quemada). Para 1855, Carl de Berghes observó restos de construcciones antiguas en Sombrerete, Sain Alto y Fresnillo, asumiendo que correspondían a poblaciones aztecas. Guillermin Tarayre, en 1869, consideró que la Pirámide Votiva de La Quemada estaba dedicada a Huitzilopochtli. La presencia de esta deidad azteca fue reafirmada en 1875 por el padre Agustín Rivera, que denominó a La Quemada como Chicomoztoc. Finalmente, don Elías Amador escribió en 1892 que La Quemada era Chicomoztoc y que los aztecas se asentaron en territorio zacatecano. 

Se puede entender que durante este largo periodo cronistas, exploradores e historiadores ostentaran la suposición de una presencia azteca en Zacatecas, debido a que el único grupo nativo del que se tenía un amplio conocimiento era el azteca, lo cual se utilizaba como una referencia del pasado prehispánico; su imagen como grupo originario fue empleada como identidad de la nueva nación mexicana durante la independencia de México, se adaptó en todo el país y persiste hasta la actualidad.

Con el arribo de los primeros arqueólogos a La Quemada, en el siglo XX, se comenzó a cuestionar dicha suposición. En 1903, don Leopoldo Batres sugirió que esta antigua ciudad había tenido una ocupación tarasca. Posteriormente, arqueólogos como Eduardo Noguera (1927), Pedro Armillas (1962), Charles Trombold (1974), Phil Weigand (1978), Peter Jiménez (1989) y Ben Nelson (1990) difirieron de la idea de la presencia azteca debido a que no se tenía evidencia arqueológica que lo sustentara, por lo que este sitio se denominó como La Quemada y se estableció su pertenencia a la Cultura Valle de Malpaso (350 al 900 d.C.).

Actualmente, Bernardo del Hoyo Calzada, acompañado de un equipo de exploradores apoyados por una empresa televisiva local, han señalado en distintos medios la localización de sitios míticos, a saber: Aztlán, en La Salada; Chicomoztoc, en la Cañada de Linares; Chapultepec, en la Sierra de Chapultepec (entre Fresnillo, Sain Alto y Sombrerete); y Coatepec, en Tetillas, todos estos lugares localizados en los municipios de Fresnillo y Río Grande. (A). 

Lo anterior conduce a reflexionar sobre la nueva identificación de dichos lugares de la migración azteca en territorio zacatecano. Esta narración fue registrada por los misioneros que comenzaron a conversar con los aztecas para conocerlos; así, Fray Bernardino de Sahagún recuperó importante información de primera mano. Existen, además, documentos gráficos como el Códice Boturini o la Tira de la Peregrinación y la Historia Tolteca Chichimeca. Es importante pensar en el contexto histórico y cultural de esta mítica narrativa y los documentos sobre el origen de los aztecas; sabemos que corresponden a los mitos de origen o creación en los que un grupo cultural explica su razón de ser y el funcionamiento del cosmos. Mitos similares se encuentran en la tradición judeocristiana, como la creación de la humanidad en el Jardín del Edén. En el caso de Aztlán, Moctezuma Ilhuicamina, quien gobernó al imperio mexica entre 1440-1469 d.C., organizó, sin éxito, una comitiva para localizar este lugar mitológico. (B). 

Establecido lo anterior, surge la pregunta: ¿es posible identificar los sitios de la migración azteca? Por su origen mítico, la ubicación de estos espacios plantea una seria problemática. Federico Navarrete ha señalado que estos lugares eran topónimos que se podían aplicar y agregar a cualquier sitio donde se realizaran las ceremonias. Es decir, se recreaban estos espacios a través de rituales; por tanto, es posible que existan varios Chicomoztoc. Este autor toma como ejemplo la imagen de Atenas, cuna del conocimiento occidental, la cual se reproduce en distintos lugares para referirse a espacios culturales. En México, por ejemplo, se conformó un grupo llamado El Ateneo de la Juventud; en Fresnillo, a la antigua Escuela Práctica de Minas, construida en 1851 con una fachada neoclásica, se le denomina actualmente Ágora; lo anterior, por supuesto, no significa que los griegos hayan estado en estos lugares, sino que hay una connotación simbólica. (C).  

Retomando la propuesta de Bernardo del Hoyo, la evidencia presentada para argumentar que Aztlán se encuentra en La Salada es un montículo al centro de la actual laguna, el cual tuve la oportunidad de recorrer y pude verificar que no existe vestigio arqueológico alguno. En el argumento presentado se retoma la etimología de la palabra Aztlán como el lugar de la blancura y se recurre al color blanco del área debido a las formaciones de caliche para su identificación; asimismo, se agrega la explotación de la sal en periodos históricos en el lugar sugiriendo que también fue explotada en la época prehispánica. Apegándonos a la etimología, Aztlán significa el lugar de las garzas, por lo que es notable cierto acomodo al discurso de esta denominación para utilizarla como “blancura”. Es cierto que la sal fue valiosa en la antigüedad, sin embargo, hasta el momento no existen vestigios de su explotación en La Salada durante el periodo prehispánico. Se incluye en la aseveración de la presencia azteca en este lugar una mina de jade en la denominada Cueva del Rey; al revisar esta supuesta mina, notamos que la formación cavernosa, así como las supuestas herramientas encontradas, son naturales, sin vestigios arqueológicos. Es conocida la actividad minera en la región de Chalchihuites entre los años 200 al 900 d.C., donde se explotaron piedras azul-verdes, pero no es posible vincularla con La Salada porque corresponde a fases históricas distintas. (D).

En la Cañada de Linares hay un sitio con pinturas rupestres en una covacha, de las cuales no ha sido posible establecer ubicación cronológica y filiación cultural. A pesar de ello, Del Hoyo y su equipo aseguran que ahí se localizan las siete cuevas de Chicomoztoc. En la narración azteca, Chicomoztoc es considerado como el lugar mítico de donde surgen los siete grupos nahuas. En la imagen plasmada en la Historia Tolteca Chichimeca, se observa un paisaje árido, con biznagas y nopales. El altepetl o cerro sagrado se representa con siete cuevas, en cada una de las cuales aparece un personaje. Esta imagen simboliza el nacimiento de nuevos seres de la madre tierra; con ello, se justifican los grupos elegidos que poco a poco se separarán pues, posteriormente, los aztecas se convertirán en mexicas y tomarán el dominio. Entonces, la pregunta es: ¿cómo son estos espacios míticos en la realidad histórica? Debe de existir un adecuado análisis mitológico a la narración, no solamente decir que, si hay cuevas, entonces se trata de Chicomoztoc. Lo mismo sucede con el sitio de Chapultepec, ubicado por Del Hoyo en la Sierra de Chapultepec, ya que ha supuesto que, al llevar este nombre, en automático se trata del lugar sagrado. Hasta el momento sólo existe un sitio con pinturas rupestres localizado en esta sierra y no corresponde a la cosmovisión azteca. (E). 

En el caso del cerro Coatepec, en Tetillas, sólo observamos pareidolia, es decir, se perciben formas conocidas en lugares donde no las hay. Sin embargo, se comenzaron a realizar ceremonias en el equinoccio de primavera, lo que llevaría con los años a la creación de un nuevo mito en la región como atractivo turístico. (F).

Con base en los datos arqueológicos, en la región de Fresnillo, Río Grande, Juan Aldama y Francisco R. Murguía, se tienen registrados 42 sitios arqueológicos. Por sus características corresponden a grupos nómadas y algunos semi sedentarios. Los restos detectados muestran una tradición cultural distinta a los aztecas que requiere mayores estudios para su comprensión. 

Por lo tanto, no se justifica hacer inferencias simples y adecuarlas al discurso deseado, considerando, además, que esta mentalidad mesoamericana era ajena a los grupos nómadas que poblaron la región. En esta propuesta de presencia azteca en Zacatecas detectamos un anacronismo en la interpretación para adecuar una hipótesis. Es importante reconocer a los grupos originarios del siglo XIII que habitaron Zacatecas, como los zacatecos y guachichiles, debido a que se está negando su existencia en ese discurso. Aún falta un debido análisis historiográfico y pruebas concretas por quienes plantean la hipótesis de presencia azteca. Desde nuestra perspectiva, los aztecas nunca ocuparon el territorio zacatecano; esto sólo constituye un discurso nacionalista de identidad que evidencia desconocimiento de la historia local. Finalmente, es preocupante el riesgo de un saqueo arqueológico y afectación al patrimonio cultural zacatecano durante las visitas a estos lugares, pues podría perderse información si no existe un manejo profesional en la recuperación de los vestigios arqueológicos. (G).

* Sección de Arqueología del Centro INAH Zacatecas.

https://issuu.com/lajornadazacatecas.com.mx/docs/la_gualdra

Publicado el

14 de agosto 2023.

Contestación al documento publicado por el arqueólogo Carlos Alberto Torreblanca Padilla, en la revista La Gualdra 585. Titulado “La presencia azteca por tierras zacatecanas”.

 

A.- No son sitios míticos Torreblanca, los aztecas no acostumbraba a crear mitos, lo que publicaron en sus códices en el siglo XVI son realidades, que muchas personas que no los han encontrado les ha dado en decir que son mitos. Es una pena que tue creas en mitos, cuando veas bien los sitios y te quites la envidia que tienes dejaras de pensar en mitos.

B.- No por haber visto solo algunos de los códices puedes juzgar y decir que son mitos, cuando muchos historiadores lo han dicho, pero hay historiadores y arqueólogos que creen que lo dicho por los naturales en tiempos de la conquista son meras realidades, te falta ver todos los códices. Y el hecho de mi antepasado Moctezuma I, de este nombre mandara a buscar Aztlán y no lo encontraron, no significa que no existiera Aztlán. Al contrario, los Mexicas pensaban en ese tiempo que si era posible encontrar la tierra o la patria de sus abuelos.

C.- Te falta investigar más la historia prehispánica Torreblanca, los aztecas o mexicas, repitieron los nombres que habían visto en su peregrinar y pusieron los mismos nombres en el Anáhuac. El que pensaron encontrar los cronistas e historiadores de los lugares de Aztlán, Chicomoztoc, Chapultepec, Culhuacán, etc., no significa la repetición de un mito sino los lugares que a ellos les traía mucha memoria de la estancia en su patria, y por eso repitieron nombres.

D.- En la conferencia presentada en el Ágora Gonzalez Echevarría el pasado sábado 12 de agosto, expuse claramente que eran varios códices que se mostraba a Aztlán, y creo que quedo claro que no era un mito sino una realidad, además personalmente me dijo que él no creía en Aztlán, que para él era un mito. Y añado un comentario de un compañero de AFEHYAC que me dijo que todo lo expuesto era un mito, no se fijó bien en todas las evidencias físicas que mostré en la conferencia, debió de estar distraído o en las nubes.

    Al decir que no existe vestigio arqueológico alguno, debo decirle o recordarle que cuando fue a la Salada le di cerámica antigua, o ya se le olvido, además La Salada en su zona lacustre tiene muchos vestigios arqueológicos, que no le interesaron salvo la punta de flecha Clovis que se encontró su equipo de trabajo (arqueólogos), de oncemil años, eso sí le interesó y lo publicó. También me comentó personalmente que en la Salada hay cerámica muy nueva, a lo que le respondí que se contradecía al decir que no había cerámica antigua, porque el mismo comprobó que el sitio había sido habitado hace más de once mil años. debió de hacer estudios de arqueología con estratigrafía, cosa que no le interesó, solo negar arqueología prehispánica en La Salada.

   Al referirse a la blancura da a entender que esto se debe a la blancura de las garzas.

Que triste para un arqueólogo fresnillense que diga semejantes aberraciones, cuando debería antes que critica, investigar los códices y así poder demostrarme que yo estoy equivocado. Que triste para el arqueólogo que demuestra su falta de investigación en el tema cuando no ha leído el códice de Durán cuando nos dice:

 

  “Aztlán quiere decir; blancura, o lugar de garzas, y así les llamarían a estas naciones azteca, que quiere decir “la gente de la blancura”.

 

Que pena que el arqueólogo diga que es una caverna cuando le enseñe la entrada a la mina en forma de rectangular, que acaso la naturaleza hace semejantes entradas a las minas, y también decirme que no era jade, sino pedernal, y tuve que mandar a analizar las muestras de mineral de jade, y resultaron positivas para jadeíta, y cuando le di los resultados por escrito, solo me dijo que en la Salada había cerámica muy nueva. Sin tomar en cuenta la punta de flecha Clovis que se encontró en su zona lacustre y comprueba que estaba el sitio laguna habitado desde hace más de once mil años y se atreve a decir que no hay indicios prehispánicos en la Salada, el mismo se contradice, además se refiere a la mina de jade en el sitio la Cueva del Rey, cuando debería de decir La Cueva del Indio, que ha sido tradición ancestral en la Salada, porque ellos siempre le han llamado así, lo mismo en el cerrito del Rey. Y dale con que es formación cavernosa cuando tu mismo viste y entraste a las catas y mina de jade. Te di herramientas para trabajar la mina de jade prehispánica que son punzones para cavar la tierra, o ya se te olvido.  

E.-     Qué triste para un arqueólogo fresnillense que demuestra que no ha investigado bien las siete cuevas de la cañada de Linares, Fresnillo, Zac., porque el Ing. Juan Gerardo Solís ha demostrado que son efectivamente siete cuevas en la cañada de Linares y no más, e incluso seis de ellas tiene pinturas rupestres, cuando debería de ser un arqueólogo el que las descubriese. 

    Qué triste para un arqueólogo que no se haya fijado la existencia de un águila y una serpiente las más notorias de las pinturas conocidas como Linares.

   Qué triste para un arqueólogo que no haya protegido las siete cuevas cuando solo protegió una con el INAH, porque debo de decirles que si él hubiera encontrado las siete cuevas hubiera protegido toda la cañada y no hubiera permitido los trabajos de la compañía Juanysitio, y a consecuencia de ignórame, la compañía no nos permitió el ingreso a los visitantes que iríamos a Chicomoztoc-Linares, Fresnillo, Zac., solo fuimos a Aztlán - La Salada, el pasado día sábado 12 de agosto de 2023.

    Qué triste para un arqueólogo que difame y publique que la sierra de Chapultepec no es el verdadero Chapultepec, cuando no ha visto el enorme chapulín en un acantilado que tiene por la parte que va a Saín Alto, y además sigue demostrando su falta de investigación e ignorancia en el tema.

    Que triste que Torreblanca muestre su falta de investigación en los códices, y demuestra que no vio el códice de Sigüenza, donde se ve claramente el cerro de Chapultepec que es el más grande del plano de Sigüenza, y que confirma que el verdadero Chapultepec es el de La Sierra de Chapultepec, Fresnillo, Zac., que es el más grande y notorio de la comarca y no el cerrito de Chapultepec de la ciudad de México, que antes se llamaba de San Miguel y que después le dieron por nombre Chapultepec, pero el de la ciudad de México no tiene un enorme chapulín como lo tiene el de Zacatecas, y  que desde tiempo inmemorial lleva ese nombre.

F.-   Que triste para un arqueólogo fresnillense que demuestre su ignorancia y no pueda ver más allá de sus ojos, por su envidia y no aceptar que efectivamente hay un alto relieve natural con una serpiente y más aún con una figura humana en la boca, que es Quetzalcóatl.

    He denunciado cuatro veces la mina prehispánica de jade al Instituto Nacional de Antropología e Historia y la primera vez me contestó Torreblanca, que no era mina prehispánica sino una cueva kárstica y que no era jade sino pedernal. y el ingeniero químico Manuel de Jesús Macias Patiño también de Fresnillo, Zac., me mandó analizar las muestras de jade de la Salada a la ciudad de México, en la U. P. N. y llegaron los resultados positivos para jadeíta que corroboraba lo que siempre he dicho desde el primer día que el ing. AbrahámHernández me llevó al Cerrito del Rey, en la que dice Torreblanca la Cueva del Rey, cuando debió de decir el Cerrito del Rey y la cueva del Indio, porque así se conoce esta mina de jade prehispánica. Así le di copia de los resultados y no me ha dicho nada al respecto, no quiere decir que se ha equivocado, menos aceptar que tengo la razón.

G.-    Con esto Torreblanca está demostrando el mismo que no ha leído bien la historia de los aztecas, y sin embargo no me ha hecho caso porque le he informado al INAH Zacatecas por cuatro veces y no he obtenido respuesta satisfactoria antes bien me critica por su falta de profesionalismo, y sin saber bien de la materia sabiendo que yo no soy arqueólogo por lo tanto no puedo hacer excavaciones arqueológicas porque eso le corresponde al INAH, he cumplido con denunciar estos hallazgos al INAH y sin embargo como premio me ha puesto públicamente dos artículos desacreditándome como historiador, cuando él no lo es. 

Debería de contestarme por parte del INAH y sin embargo le han dado carpetazo al asunto.

   Cuando un arqueólogo no puede con el paquete, entonces debería de turnar el caso a un arqueólogo competente o experto en la materia.  

 

   El arqueólogo Torreblanca debió de ir a ver mi postura y mi conferencia antes de criticarme públicamente y si no tuvo tiempo de ir a la conferencia en el Ágora, al menos debería de esperase a que se publicara mi conferencia antes de criticarme. 

 

Así debió de estar el teocali o pirámide de Aztlán, en La Laguna de La Salada, Fresnillo, Zac.  



Uno de los barrios de Aztlán en la zona lacustre de la Salada, Fresnillo, Zac. donde se encuentra mucha cerámica de distintas épocas. Es lo que fue una pirámide que estuvo orientada al igual que las pirámides de Teotihuacán y muchas otras.    



Así debió de estar Aztlán hace 900 años. 


El recinto ceremonial de Aztlán, en La que fuera una pequeña isla en la laguna de La Salada, Fresnillo, Zac., reconstrucción por Víctor Hugo Ramírez Lozano. 



El recinto ceremonial de Aztlán, en La que fuera una pequeña isla en la laguna de La Salada, Fresnillo, Zac., reconstrucción por Víctor Hugo Ramírez Lozano. 





Fotografía de la laguna de la Salada, tomada con un dron por Pedro Pablo Rodríguez de B. 15, Fresnillo, Zac. donde se ve lo que fuera la isla de Aztlán. la patria de los mexicanos. 



Así se ve en Google Earth lo que fuera la isla de Aztlán, y en el rectángulo donde no crece la hierva era el recinto ceremonial. 








Entrada a una tumba de Tiro en La Salada, Fresnillo, Zac. 




Vista panorámica de Aztlán, Laguna de la Salada, Fresnillo, Zac., tomada por Pedro Pablo Rodríguez de B 15, al fondo Chapultepec, que domina el valle como se puede ver en el códice Siguenza. . 



La blancura de La Salada, Fresnillo, Zac. que era el Aztlán de los Mexicanos. donde podemos observar lo que fue la isla de Aztlán.